¡Loco el último!

 

Los colores del arco iris se reflejan en sus ojos. Es vistosa, es escandalosa y se mueve muy rápida. No parece tener complejos y por mucho que le pregunte no suelta prenda de su pasado ni de su futuro. Ve el mundo con los ojos de un niño, sorprendida por todo y a cada momento, con ganas de jugar y arriesgarse a todo tipo de aventuras. Cada amanecer es una nueva oportunidad para descubrir y disfrutar, para aprender sin saber y para conocer estando rodeada de lo necesario. Es la vitalidad encarnada en persona. Sus ojos son del color del arco iris definitivamente. Le gusta vestirse a su manera y no siempre concuerdan las tallas, los colores o los complementos aunque esto no la desmejora en absoluta. Es guapa porque lo es. No necesita tener un rasgo físico en especial o especial para emitir un juicio tan certero como es guapa. Me gusta, es divertida y vital. Su aspecto físico, en verdad, es lo de menos. Con tiempo, todo es maravilloso. Me gusta salir con ella, de aquí para allá, sin rumbo fijo y con unas inmensas ganas de comernos el mundo. A todas luces parece que me estoy enamorando o estoy enamorado pero nada más lejos de la realidad, a mí personalmente las personas que me gustan sin más me llegan directamente al corazón, no necesitan que las amé para que residan en él. En mi corazón existe mucho espacio y es ideal para albergar a personas así. Es vistosa, es escandalosa y me gusta. Desde su aparición no pierdo tanto las llaves de casa como antes aunque sigo poniéndome cada día un calcetín de cada color. Es algo que a ella le gusta. Cree que no hay mucha gente en este mundo que lo haga aunque yo creo que cada día millones de personas se ponen calcetines diferentes en cada pie sin darse cuenta. No le digo nada porque estoy convencido que hay más millones de personas que se ponen el calcetín correcto cada día. Llegamos a la Place Plase y nos sentamos en un banco mientras disfrutamos de un helado. Es agosto, hace calor en la ciudad y a esas horas de la tarde lo mejor es refrescarse y buscar una sombra. El río pasa cerca pero no alivia la sensación de calor muy al contrario, la humedad de su cercanía hace que el ambiente sea muy parecido al de la costa. La ropa se pega a nuestros sudados cuerpos y si no fuese por el cierto frescor que nos ofrece el helado ya haría rato que me la hubiese llevado de allí aunque a ella no parece importarle el calor, esta sonriendo mientras sigue comiendo su helado y mira distraída unos aves que sobrevuelan el ardiente suelo de la Place Plase.

 

¿Quieres bañarte?

 

¿Estás de broma no?

 

Te lo digo en serio después del helado me apetece un baño. Nos desnudamos y nos metemos en el río, ¿te apuntas?

 

No podemos.

 

¿Porqué?

 

Porque nos van a detener, porque no esta bien visto y porque nadie en su sano juicio se baña desnudo en medio de la ciudad.

 

¿Acaso crees que no estoy en mi sano juicio?

 

Yo no he dicho eso.

 

A mí me parece que sí.

 

Yo he dicho que bañarse desnudo delante de toda la ciudad se puede considerar de locos y es normal que quieran detenerte.

 

Pero yo lo quiero hacer, quiero desnudarme y bañarme en el río, ¿acaso estoy loca?

 

No, no, no. No estás loca ni nada que se le parezca. Eres divertida, eres imprevisible y eres vital y eso me gusta mucho pero bañarnos desnudos aquí me parece demasiado.

 

¿Sigues pensando que estoy loca?

 

¡No!

 

Entonces bañate conmigo. Ahora y aquí, desnudos los dos, delante de la ciudad y delante de todo el mundo.

 

¡Nos detendrán!

 

Huiremos.

 

¿Cómo?

 

Con la fuerza transgresora de la improvisación.

 

¿Eso nos salvará?

 

Seguro que nos da una oportunidad.

 

¿Tú crees que saldrá bien toda esta locura?

 

Yo creo que lo mejor que podemos hacer en un día de calor como éste es bañarnos y dejar de hablar. ¡Busquemos un lugar dónde esconder nuestras ropas, anda ven!

 

Eres tan diferente que me parece increíble hacer lo que voy a hacer. No solo cambias mi realidad sino que con este simple acto vas a cambiar muchas realidades, estoy seguro que a partir de ahora muchos se aventurarán hasta dónde no se habían atrevido antes gracias a este gesto tuyo.

 

¿Sigues creyendo que no estoy en mi sano juicio?

 

No creo que estés loca si eso te vale.

 

Me vale y ahora que por fin estamos desnudos...

 

… ¡Loco el último!