Tan
pronto entró en el bar no le perdí ojo. Era guapo,
espectacularmente guapo. Vestía tejanos rotos y camisa blanca
desabrochada hasta la cintura. Su musculoso y bronceado cuerpo me
estaba volviendo loca hasta el punto que mis amigas me llamaron la
atención por mi descaro repaso. A pesar de ello no dejé de mirarlo
y acabé imaginando como sería estar con aquel dulce.
En un momento determinado, cuando estábamos bailando nuestras
miradas se encontraron, él hablaba con otro chico y yo bailaba sin
dejar de mirarlo. No sé como pasó pero pasó, me acerqué y me
detuve a medio paso de él, aparté la copa y sin mediar palabra lo
besé. Su sorpresa fue mayúscula ante mi ataque y en el nerviosismo
de su beso pude comprobar su desconcierto. Yo no tenía intención de
parar y seguí besándolo sin pensar en nada más que en su lengua y
en su boca. Estaba haciendo una locura, lo sabía, pero en esos
momentos solo... besaba aquella boca que ahora comía de la mía con
la misma intensidad. Nos
vamos,
me preguntó y lo besé más apasionadamente si cabe, esa era mi
respuesta. Salí del bar sin despedirme de mis amigas, pensé que
luego las avisaría. Llegamos a su casa, situada en un barrio
acomodado de la ciudad. Tan pronto entramos nos desnudamos con
ardiente pasión, lo hicimos en la entrada y en la sala de estar y en
el comedor y en los dos dormitorios y en las escaleras y encima de
sillas y diferente mobiliario que encontramos en nuestro continuo
juego de deseo y pasión. Parecía no tener fin y yo, sorprendida por
aquel torrente de sexo, respondí con un torrente mayor, me convertí
en un tsunami que estaba segura iba a tardar en olvidar. Después de
horas de sexo salvaje le pregunté su nombre, Juno,
me respondió y añadió, ¿nos
damos un baño?
Me gustó la idea, Perfecto,
es lo que necesito ahora mismo.
Mientras Juno fue a buscar un par de toallas para mí, mi relajada
mente divagaba sobre lo que estaba pasando, era la primera vez que
había cogido lo que me había apetecido cuando había querido, un
impulso que en este caso había salido bien. Juno era un amante
perfecto, dominante, paciente y sabio a partes iguales y tenía la
impresión que esto solo había hecho que empezar. Nos bañamos
juntos y lo hicimos varias veces más entre los chorros de agua de su
hidromasaje. Después de secarnos, me prestó algo de ropa y nos
fuimos a su habitación dónde me sirvió una copa de excelente vino
blanco muy frío. No sabía de dónde habían salido las copas y el
vino aunque suponía que en esa casa vivía alguien más que Juno.
Después de estar hablando un poco de todo sin decirnos nada en
especial me preguntó por mi nombre. Julia, le respondí. Él me
explicó que su padre era un acaudalado comerciante y que él
trabajaba en lo que le gustaba, me confesó que sus aficiones habían
acabado siendo su modus
vivendi.
No le expliqué en qué trabajaba yo, a cambio le besé
apasionadamente de igual manera que lo había besado en el bar. Lo
devoré de nuevo, su cuerpo era delicioso y yo, loca como estaba
aquella noche, quería saciarme una vez más, sentía que necesitaba
un poco más de ese dulce para calmar ese hambre que parecía no
tener fin. Juno me pareció un auténtico dios griego, hizo que
saborease la ambrosía del Olimpo y el hierro del Hades, me hizo
sentir especial y yo le correspondí. Al amanecer me acompañó a
casa, insistió y fuimos con su coche. Un bonito deportivo de color
verde botella. Me pidió mi número de teléfono, me negué, le dije
que era mejor dejarlo así, había sido bonito y especial pero la
historia debía quedarse allí, acaso
estás casada, tienes pareja,
me preguntó, no,
no estoy casada y no tengo pareja en estos momentos,
le respondí, pues
entonces porqué no podemos vernos otra vez,
¿acaso no ha sido maravilloso para ti nuestro encuentro?
Permanecí unos segundos en silencio mirándole directamente a sus
ojos y le contesté sin preámbulos, no
preguntes sí podemos vernos de nuevo cuando aún no has entendido
que significa haber estado conmigo.
No volvió a preguntarme nada más en todo el trayecto y eso me
incomodó. Sabía que había sido un poco brusca pero no encontré
las palabras adecuadas para romper ese silencio que se había
instaurado entre nosotros. Pensé que debía ser parte de nerviosismo
antes de una despedida, a veces me olvidaba de este detalle. Llegamos
a mi casa, en verdad me apeé dos calles más abajo porque no quería
que supiese dónde vivía, y me despedí de él con un largo, lento y
suave beso que a mí me pareció que duraba una primavera entera.
Perfecto final, pensé, perfecto como Juno, un hombre que me había
impulsado a la locura durante una noche entera. Llegué a casa con el
Sol entrando por las persianas a medio bajar. Buenos
días,
me dijo una voz tras de mí, buenos
días,
respondí, ¿te
lo has pasado bien? Preguntó,
muy bien
gracias,
respondí, me
acabo de levantar así que voy a darme una ducha,
dijo la voz mientras sus pasos ya se perdían ya por el pasillo, yo
prepararé café,
dije en voz baja.
Julia tampoco vive sola y no esta casada aunque esto
último ya lo sabe Juno y lo primero no le incumbe.
Ooooohhh!! pero que bueno!!
ResponderEliminarUn besote
Ooooooohhhh!!!!! GRACIAS!!!!
EliminarDos besotes malos
Así resulta interesante y bonito. Es vivir el momento; pero ese lanzarse a vivirlo no siempre tiene que salir tan bien como le salió a Julia.
ResponderEliminarEs cierto que hay momentos que son más bellos si no se manosean, si no pasan a otro estado que ya no sea tan ideal...
Un beso.
Así es como Julia quiere y desea... Eso es suficiente, ¿no crees?
EliminarDos besos Misterio
Un momento espléndido no se le puede negar a nadie, ella lo pasó genial y a veces es mejor quedarse con ese instante en la mano a después desilusionarse.
ResponderEliminarMe encantó leerte, te dejo un fuerte abrazo!
Me encanta que me leas...
EliminarGRACIAS Cristina ;)
Besos con fondo
Ella lo pasó bien porque hizo lo que quiso, de la manera que quiso y con quien quiso...
ResponderEliminar¿Acaso no hay millones de mujeres que cada día se lo pasan bien? Julia es una de ellas
Besos con ilusión
mmmm...que momento!! a veces es bueno atreverse.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato, te dejo un beso.
Así SIEMPRE es bueno ATREVERSE...
EliminarBesos muchos Hanna