Transmaterialización



Al despertar se encontró en una habitación de papel. Todo era de papel, la cama, las paredes, las ventanas y sorprendentemente hasta el supuesto cristal de las mismas era de papel. Las sillas, la mesa y el suelo también eran de papel. No entendía cómo era posible aquello y pensó que aún debía estar soñando y que aquella visión era parte del sueño que hacía que todo fuese de papel. Se frotó los ojos con la esperanza de encontrarse su habitación tal y cómo había sido en los últimos años pero no fue así. Todo seguía siendo de papel. Al intentar levantarse comprobó que algo no iba bien, su cuerpo no respondía de la misma manera y aterrado comprobó cómo él mismo se había vuelto de papel. Sus manos, sus brazos, sus piernas y hasta su cabeza eran de papel. Todo lo que le rodeaba y él mismo se habían transformado en papel, papel blanco para ser más exactos. No sabía que hacer y no sabía que pensar pues aquella situación era mucho más irreal de lo que nunca pudo haber imaginado. Se sentía atrapado por aquella circunstancia que impregnaba todo lo que sus ojos veían. Se preguntó en ese preciso momento si sus ojos eran de papel y pensó que si fuera así su cerebro también sería de papel y entonces concluyó que a lo mejor sus pensamientos también eran de papel. No podía ser, se decía una y otra vez, él se había convertido en un hombre de papel y mirase dónde mirase todo era de la forma inequívoca del papel. Pensó nervioso si esto era parte de un mal sueño o acaso en el universo existían realidades que se escapaban de una formal explicación cómo la que en estos momentos le estaba sucediendo. Estaba confuso y estaba perdido en medio de aquella realidad tan frágil y a la vez tan aterradora. Era un despertar del que costaba hacerse a la idea porque nunca fue capaz de imaginarse una realidad tan opresora y asfixiante cómo la que estaba viviendo en aquellos momentos. Hizo otro intento para levantarse pero fue en vano, no se aguantaba y lo único que podía hacer era torcer un poco su frágil cuello a pesar del riesgo evidente que aquella acción conllevaba. Estaba encadenado sin cadenas, estaba asustado sin nada ni nadie que lo asustará y estaba más blanco de lo que nunca estuvo en su vida. Estaba viviendo uno de esos momentos en la vida en los cuales nunca estás preparado, un momento de esos que hacen que cambie toda ella de un modo radical e incoherente sin saber el cómo y sobretodo sin saber el porqué. Un pensamiento o lo que fuera en esos momentos se le paso por su cabeza de papel, a lo mejor estoy dentro de uno de mis escritos, pensando y escribiendo que soy de papel, si, será eso, simplemente eso y cuando acabe mi escrito, estoy seguro, acabará esta pesadilla. Ojalá sea esto, pensaba el hombre de papel, y creía creerlo porque sino no sabría cómo salir de esa situación tan absurda en la que se encontraba sin motivo ni razón.

Nunca sabremos si el hombre de papel recupero su forma original o si por el contrario siguió siendo de papel hasta el fin de sus días aunque lo que si podemos afirmar es que esa experiencia lo cambio radicalmente debido a su repentina e inesperada transmaterialización.


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