Pensé sin saber

Pensé que era posible que todo lo que hacía era un acto constitutivo de delito.
Pensé en el día que abrí aquel inocente libro.
Pensé que era mejor dejar salir antes de entrar.
Pensé en una noche estrellada cuando era niño, muy niño.
Pensé en las flores que inundaban mi vida.
Pensé que unos ojos eran y serán.
Pensé en el sonido del fuego al arder.
Pensé que uno y uno no siempre son tres.
Pensé que mis oídos me engañaban al escuchar tanta belleza.
Pensé que las aves al igual que yo están de paso.
Pensé en una oasis lleno de dátiles.
Pensé que sería mejor mejorar que empeorar lo peor de mi.
Pensé en las Galápagos y en sus gigantescas tortugas.
Pensé en la forma siempre diferente de llover.
Pensé en el calor y en el frío.
Pensé aderezar un poco más la ensalada la próxima vez.
Pensé en que puedo sonreír al recibir una a una las estocadas que me he buscado.
Pensé de mil modos y ninguno me funcionó.
Pensé en unos dedos que tecleaban mientras una suave música los envolvía.
Pensé que hay un Sol que nos calienta a todos.
Pensé que un lago es igual de bonito en cualquier parte del mundo.
Pensé en las ballenas y su canto.
Pensé en cosas con formas y sentidos contrapuestos.
Pensé que al partir mi tren todo estaba perdido.
Pensé en un amigo que crece a mi lado.
Pensé que no era posible que el violín sonase tan bien.
Pensé que no sería capaz de aguantarme con un sólo pie.
Pensé que siempre que pinto estoy tarareando alguna canción.
Pensé en que siempre me han gustado los fuegos artificiales.


Pensé en todas esas cosas que a veces se piensan...
sin saber del cierto si eran verdad.


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