Cuando
su corazón alzó el vuelo ya nada ni nadie pudo detenerlo. No es más
que un corazón decían algunos, no es más que otro loco en busca de
su quimera afirmaban otros aunque en realidad era algo más que eso.
Era verdad, una verdad desconocida y oculta para los que observaban
desde la tierra firme ya que éstos nunca entenderían porque sus
pies raíces y sus ojos hojas no les permitían hacerlo. No se puede
enseñar lo que ya se sabe como no se puede sentir lo que no se
posee, una afirmación que para algunos eran tan solo palabras
mientras que para otros, los menos cabe decir, era un himno, un canto
de esperanza dónde los haya. Mientras su corazón atravesaba mares y
océanos éste se volvía azul, mientras cruzaba valles y praderas se
tornaba verde y cuando transgredía lo infinito de las cosas su color
desaparecía para envolverse de una luz que no tenía explicación.
Su corazón como si fuese una majestuosa ave volaba sobre una tierra
llena de hombres animales y desde allí observaba su porvenir. La
alegría lo inundaba al comprobar que nada era más cálido que los
rayos de un Sol que era madre y padre a la vez, al saber que saberse
era solo una pizca del camino que todos deben realizar sin importar
las circunstancias. Cuando su corazón alzó el vuelo ya nada ni
nadie pudo detenerlo porque él había confiado en él y éste latía
en pro de una elevación sin reservas, sin fisuras y sin dolor. Solo
cuando sus ojos se posaron en los de una niña pudo entender más de
lo que nunca hubiese creído, ella, al igual que todos los niños del
mundo, era la autentica heredera de todo y ella, al igual que todos
los niños del mundo, le era negada esta verdad. Nada poseía tanto
poder como esa mirada, nada hacía que se sintiese más generoso como
aquellos ojos que no pedían sino que regalaban sin más. Su corazón,
el cielo, el Sol y los ojos de aquella niña hacían de él un
antiguo hombre pájaro, un ser totémico que dejaba que el recuerdo
de cada una de sus células retornase para cubrir de esencia su ser.
Era algo diferente y diferenciado a lo común aunque bien sabía que
así comenzaba todo, recordando más que aprendiendo.
Cuando
su corazón alzó el vuelo...
…
ya nunca más volvió a ser el mismo.