Un día entro por mi
ventana una bruja. Acudió a mí, según me dijo, porque yo la había
convocado. No supe que responder, no supe como tomarme aquella
tajante afirmación y al ver mi cara de sorpresa y asombro se puso a
reír. Ese fue nuestro primer encuentro aunque vinieron más, muchos
más y en todos ellos me encontré indefenso ante lo que ella definía
como lecciones de verdadera vida.
Me confesó que junto a ella mi vida se convertiría en algo muy
diferente a la que había vivido hasta esos momentos, me dijo que
ella me haría ser el más grande de todos los granujas que poblaban
aquella tierra de lobos y niebla. Yo, como es normal, me opuse
inicialmente pues sabía que no era lo que quería pero ella, bruja
como era, supo darle la vuelta e iniciarme en el arte de la
verdadera vida. Sin saber cómo
me vi sumergido al cabo de poco tiempo en sus enseñanzas y como un
alumno aplicado fui aprendiendo y desaprendiendo a una velocidad
hasta en esos momentos desconocida por mí. Sus lecciones siempre
eran extenuantes y caóticas, sus maneras del todo despóticas y su
sonrisa siniestra pero aún así yo seguía sus directrices sin
poderme resistir. Me tenía entre sus manos y yo, cual títere
descabezado, hacía lo que ella me pedía. Hubo momentos en que ella
no me solicitaba nada y aún así yo hacía cualquier cosa para
complacerla, para verla contenta con mis progresos. Al principio
pensé que aquello duraría poco pues ella se cansaría rápidamente
de alguien como yo pero no fue así, la niebla y los lobos se
sucedían y mis aprendizajes crecían mientras ella crecía a mi
alrededor. Sin darme cuenta mi vida quedó reducida a una mísera
parte de lo que era antes, mi vida anterior se convirtió en un
lejano sueño que solo de vez en cuando acudía a mí como si fuese
algo irreal que no me hubiese pertenecido nunca. Recordaba haber
tenido amigos y abrazos pero aquello acudía a mi mente como si fuese
el relato de alguna obra leída en el pasado. Aquella bruja que un
día acudió a mí me salvó y me condenó según sus palabras,
aquellas lecciones de verdadera vida
estaban haciendo de mí un hombre diferente, un ser capaz de afrontar
tanto a los lobos como a la niebla sin importar las consecuencias que
conllevaba esto. Me explicó que para ella no era el primer alumno y
no sería el último y que solo cuando en mí descubriese ese
algo que solo la oscuridad posee
me dejaría en paz. Ese día llegó aunque yo no tuve constancia de
ello hasta comprobar que después de tres meses, ella no se
presentaba a mí como lo había hecho diariamente durante tanto
tiempo y este hecho me dio la definitiva respuesta que ella ya había
partido. Me preguntaba sí en esos momentos estaría en brazos de otro
incauto o simplemente reflexionando junto a la niebla y los lobos,
nunca lo supe, lo que sí pude afirmar es que...
La curiosidad eme lleva a volar de un lado a otro y en medio de ese trayecto he encontrado este lugar... Tu mundo... Enhorabuena por tu blog David, tienes una forma de escribir especial, es fácil seguir tus letras...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este texto... Y te diré...
... Que viene y va, como las olas con el mar se mueven.
...Que viene y va, como la luna como el rayo verde.
... Que viene y va, como una idea como el estribillo.
... Que viene y va, como un recuerdo como un espejismo........
Besinos :)
Gracias Haydeé...
EliminarA mi me paso lo mismo con tu blog... Tu realismo me sobrecoge de un modo muy personal...
(Qué bueno es Fito ;)
Besos desde la azotea de mis sueños
No sé...
ResponderEliminarImagino que hay que conocerlo todo, y conociendo se aprende. Y teniendo lo peor se valora mucho más lo mejor...
Todo es un renacer, y quizá en cada renacer nunca ya seamos los mismos...
Besos.
Por eso dejo siempre mi ventana abierta... Necesito renacer día sí día también...
ResponderEliminarGracias por tu comentario
Besos nada oscuros