Chopp
Shuei era un ratón de ciudad. Vivía en la más grande urbe de aquel
gran país, en el barrio más grande, en el distrito más grande, en
la calle más grande, en el edificio más grande, exactamente en la
habitación más grande. Vivía allí desde que nació. Sus padres y
sus múltiples hermanos y hermanas ya se habían mudado hacía tiempo
pero él seguía allí. Chopp Shuei no conocía a ningún otro ratón
tan casero como él aunque la verdad es que no conocía a ningún
otro ratón que no fuese de su familia. No es que le diese miedo la
gran calle o el gran barrio, más bien era una cuestión de
prioridades. En aquella gran habitación de aquel gran edificio tenía
todo lo que necesitaba y no sentía aquella fuerte sensación que
acompaña a todos los ratones en algún momento de su vida, esa
sensación de curiosidad por descubrir el mundo que les rodea, ésta
en él estaba extirpada. La verdad es que lo apenó comprobar como
toda su familia iba desapareciendo aunque él se negaba en redondo
abandonar el único hogar que había conocido hasta ahora. No es que
fuese tozudo, es que sabía lo que quería aunque aquello no
coincidiese con los deseos de su familia. Estaba sólo aunque no sé
sentía sólo. En aquella gran habitación poseía todo lo que
necesitaba y poseía algo que ningún otro ratón del mundo tenía.
Un tocadiscos propio. Chopp Shuei adoraba la música, toda ella
aunque sentía especial devoción por la música norteamericana de
los años setenta y ochenta. Le gustaba hacerse llamar Chopp Soul,
vestía camisas setenteras y gastaba luas a todas horas. Al
verlo bailar tenías la impresión que sus huesos no se habían
soldado bien porque sus movimientos eran imposibles. Bailaba como
respiraba, con suma facilidad y era una gozada verlo. Por eso Chopp
Shuei era un ratón diferente, no quería vivir en el subsuelo como
los demás, no quería comer las sobras y sobretodo no quería dejar
de escuchar música. Seguía viviendo, música y baile, baile y
música componían una melódica vida a todas luces disfrutada. La
suya era una vida rica en ritmos, matices y formas aunque no en
amistades, cenas o tertulias. Una vida marcada por el sonido con
sentido. Chopp Shuei sólo envidiaba una cosa, no haber sido
afroamericano, pensaba que entre los humanos ser negro era la ostia.
Él hubiese querido ser un ratón negro, uno de esos que baila al
andar, que canta al hablar y que maneja la onda del gueto.
Él se sentía igual que la música que escuchaba en su tocadiscos. Y
sonreía. Y bailaba.
Sonaba
Disco Inferno...
… y Chopp “Soul” Shuei seguía bailando a sus setenta y ocho
años ratoniles para que luego digan que la vida no es una cuestión
de actitud.
Simpático ratón.
ResponderEliminarbss
Simpática tú...
ResponderEliminar¿Cómo que ha vuelto esa foto? De "cachitas" estás que te sales jajajaja... Ya dirás :)
Besos desde lo más Soul de cada uno
Me hiciste sonreír con este post, realmente muy ingenioso y que ratón tan divertido!
ResponderEliminarUna enseñanza de vida!
Mil gracias por la vista David, aprecio mucho tus comentarios, te dejo un fuerte abrazo.
Bonito día!
Me alegra escuchar esto Cristina...
EliminarEl Soul, el Funy, el R&B, el Jazz son catos de vida si uno quiero verlos así :)
Gracias por tu presencia que es inmensa...
Besos en este bonito día
¿Será que los años de los ratones también son diferentes de los años humanos?
ResponderEliminarMe entretuvo, a seguir bailando...
Un abrazo.
HD
Será así Humberto, tan poco sabemos de los ratones...
EliminarPues eso, a seguir bailando, pincha lo que quieras...
Abrazos y Gracias por tu visita
Porfa David¡ Rompetechos, es un icono sexual, de lo más variopinto
ResponderEliminarBss.
jajajajaaj Mar... tienes toda la razón, ¡que cabeza la mía!!!
EliminarLo variopinto pinta bien :))
Besos en medio de la pista de baile
Me gusta este ratón, porque hace lo que quiere, lo que le gusta, porque no se deja arrastrar...
ResponderEliminarSí, la vida es una cuestión de actitud, pero... hay veces en que cuesta cambiarla.
Un beso.
Si no costase no sería una cuestión de ACTITUD, ¿no crees Misterio?
EliminarMe alegra saber que Chopp "Soul" Shuei te ha gustado, a él seguro que también le gustarías, estoy seguro :))
Besos a ritmo bailable y saludable