Apenas avanzaba en medio de
aquella ventisca. Me hundía en la superficie nevada que cada vez era
más abundante. Tenía frío, mucho frío pero no me podía detener.
Había perdido el rastro en medio del vendaval pero persistía en mí
la esperanza que al final mi instinto más básico me conduciría
hasta el lugar indicado. Seguí avanzando sin pensar en nada más que
un paso y después otro, un paso y después otro... No sé cuanto
tiempo estuve caminando por entre montañas cubiertas de nieve y
azotadas por vientos helados que más bien parecían un ataque
coordinado que una poderosa manifestación de la naturaleza, la
verdad es que no sé cuanto tiempo pero a mí me pareció una
eternidad. De repente apareció ante mí un árbol, luego otro y otro
y en muy poco tiempo caminaba protegido dentro de un espeso entramado
de ramas y más ramas, hojas y más hojas que se movían al son de la
salvaje naturaleza. Allí hacía calor, lo suficientes para derretir
la nieve, había agua por todas partes, enormes charcos de agua de
los que me aproveche y bebí hasta saciarme. Volví a recuperar el
rastro. Llegué a un acantilado cuando los últimos trazos del día
retrocedían. Había llegado a tiempo, justo para verla aparecer.
Empecé a sentir su presencia en cada poro de mi piel, en cada célula
de mi organismo y en cada molécula de mi esencia. Empecé a aullar
cada vez más fuerte. Quería que supiese que estaba allí, que había
acudido a nuestra cita. Éstas ya eran incontables y se prolongaban
en una larga historia desde mi primer pelaje negro hasta llegar a mi
actual pelaje blanco, desde mis iniciales ojos azules al rojo intenso
de ahora. Unos encuentros que me han visto crecer mientras ella
seguía igual de hermosa que siempre. Empezó a dibujarse su silueta
en el horizonte y mi piel se erizó, sentí como mi sangre hervía
literalmente. Aúlle fuerte, más y más fuerte, más y más
profundamente mientras ella seguía elevándose. Eran los segundos
más mágicos de nuestro compromiso, verla alzarse lentamente,
asomando una mejilla, un ojo, luego su preciosa nariz, el final de su
boca y finalmente, toda ella. Era maravilloso verla tan bella y
radiante desde su amanecer. Sus rayos atravesaron mi cuerpo, mi mente
y mi ser como si fuera nieve, como si fuese aire, como si no fuera
nada. Me completé en felicidad. Yo aullaba y ella resplandecía
majestuosa en los cielos. Estuve aullando toda la noche, no me cansé
y no desfallecí. Ella era mi fuente, mi sustento, mi razón, por
ella recorría este mundo, tierras y más tierras hasta llegar a los
lugares más recónditos. Era nuestra historia, ella iluminaba y yo
aullaba. Ella siempre bella y resplandeciente, yo cada vez más
blanco, cada vez más viejo. Acabó nuestro encuentro y me sentí más
vivo que nunca. Vivir era importante, era una cuestión de querer o
no querer y no tanto de poder. Al llegar a las montañas ya no había
rastro del viento aunque una enorme cantidad de nieve lo cubría
todo. Tardé tres días en salir de aquellas montañas y encontrar un
refugio seguro. Me sentía pletórico de fuerzas y ya pensaba en la
próxima vez que nos encontraríamos. Sería de nuevo maravilloso,
estaba seguro.
Han pasado muchos inviernos,
demasiados para mis frágiles huesos y desgastados dientes. Mi pelaje
sigue blanco y mis ojos persisten en su rojo intenso de antaño pero
por todo lo demás, el tiempo ha sido implacable conmigo, como debe
ser. Debo confesar que soy feliz, por saber que moriré y ella
seguirá iluminando las noches más bellas de este mundo.
Escucho a otros lobos
aullar, fuerte e intenso como antaño yo mismo hacía. Ella está llegando y debo estar presente. Debo partir y estar junto a ella por
última vez.
Cierro mis ojos, abro mi
corazón.
Auuuuuuuuuuuuuuu auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu que guay¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarDavid lobo, en la montaña.
Me ha encantado, es muy bonito
Bsitos David
(ya no llueve)
Eyyy!!!! Mar....
ResponderEliminar¡Qué cambiada estás!!! Tienes un aspecto de lo más... mmm... varonil jajajaja
Esta primavera te esta cambiando amiga :))
Gracias por tu comment, aquí ya se retira el frío...
Besos desde un pelaje en evolución
No me resulta fácil comentarte David, más aun cuando lo que leo desborda el alma...
ResponderEliminarEres un mago desnudando sentimientos que logras vestir a través y con palabras. La genialidad, consiste preciosamente en eso... En transmitir un colosal raudal de vida a través de una mirada...
Cierro mis ojos, saboreo tu esencia, siento, vivo, absorbo, interiorizo, me encuentro y abro mi corazón. Veo en ti mi reflejo. Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
Un placer, un regalo y un honor leerte, tus letras contienen el aroma de la esencia...
GRACIAS.
NAMAS_TE... digo esto... ;)
Diría: " Tu letra, de intensa e inmensa belleza, es pura esencia elevada al dodecaedro" pero resultaria una obviedad...
Toda tuya... LuzdeLuna
" Es necesario aprender a reducirnos hasta lo más básico y esencial de nosotros mismos para sentir la cálida, dulce y envolvente brisa de la salvaje libertad.
N A M A S T É :)))
EliminarAnónimo
Besos desde la inmensa Luz de Luna
Vaya¡ para una entrada tuya que me sale en mi blog, voy a leerla, y me dice que no existe...no serás medio brujo? jajaja
ResponderEliminarAy amigo¡que aspecto tengo tan varonil, tantas pesas en el gim, mira como me han quedado, como un chicarrón del norte,un osito de peluche jajaja
Pero no me digas que no estoy guapa,eh?
Aquí no se retira el frío, no nos deja, es más hoy hace un biruji que pela la pava
Bss, desde la raya de Portugal(casi-casi) y a ver que pasa con la entrada
El culpable ha sido... Un agujero Negro jajaja.... el muy "canalla" jajajaj
EliminarSi que estás cambiada sí pero sigues muy GUAPA jejejejej
Frío Primaveral en todas partes es lo que parece que hace... Esperaremos!!!
Besos desde el Balcón del Mediterráneo
Tu genial relato es de suma belleza !! me encanta David
ResponderEliminarBeso
Gracias de nuevo Hanna Xesco...
ResponderEliminarSiempre eres bienvenida :))
Besos con Sabor Salado