Tres gotas




Volver o ir no tiene mucho sentido cuando estás obligado a hacerlo una y otra vez. A veces se confunden y a veces se distancian pero bueno, éste es otro tema. Iba o volvía, no sé ahora, cuando la palabra Psicodelia aparece en mi mente. Casi se me derriten los sesos aunque esto no es nuevo, es lo de siempre, cuando algo me sobrecoge súbitamente siento fundir mis sesos en un algo agradable y placentero. Aunque he de confesar que la Psicoledia en todas sus manifestaciones siempre me ha cautivado. He recordado que una vez en un viaje alucinógeno con un colega nos pusimos a leer Las puertas de la percepción de Huxley, una lectura obligada para todos aquellos que alguna vez han viajado, y mi colega en pleno vuelo se puso golpear el libro, al preguntarle porqué lo hacía, éste, todo desesperado, me contestó que ya que no encontraba el timbre, estaba llamando a Las Puertas. He sonreído aún más al acordarme de cómo y dónde acabamos esa noche. Aunque suene raro esto me ha llevado a pensar en Blake, William Blake, un hombre adelantado por lo menos en dos siglos, y en los fractales. De ahí, todo alucinado, he recordado a Deee Lite y a unas gafas que tuve igualitas que su guitarra en su videoclip de Groove is in the heart y que hicieron un furor tremendo en una fiesta. He vuelto a Huxley y al colega y he recordado a su destartalado coche que a tantos sitios nos llevó. Creíamos que ese coche estaba poseído por un dragón pero no uno feroz y temible cómo cabría desear, el nuestro era viejo y tenía problemas para respirar cómo un dragón normal, era un fumador empedernido y eso lo pagábamos nosotros. Todo el día olíamos a humo y aunque les decíamos a nuestros padres que era por culpa del dragón, ellos nos castigaban igual. En esos tiempos y ante nuestros antecedentes si decías la verdad no te creían y si les mentías tampoco lo hacían. Los dragones nunca han sido una excusa válida. A todo esto yo ya estaba duchado y tomándome un café. Hacía mucho que había vuelto aunque no sabía cómo, a decir verdad creo que me habían traído o había vuelto sólo, ahora no sabría decirlo. La cuestión es que mientras tomaba mi café he vuelto a pensar en la Psicodelia pero no he encontrado ni rastro de esas intensas sensaciones que me recorrían hacía tan sólo un momento. Ahora mi mente se ha calmado y hasta se ha preocupado de recuperar para mí una sensación diferente e igualmente intensa. No sé decir de dónde nace aunque tengo la certeza que se está extendiendo por todo mi ser. Sonrío mientras el Sol aparece por detrás de la colina y mi torrente sanguíneo sigue saturándose. Tres habrán sido demasiadas, me pregunto mientras doy un pequeño sorbo a mi café, tres gotas serán capaces de hacer realidad eso que se dice que si las puertas de la percepción se purificaran todo se le aparecería al hombre como es, infinito.* Sigo mirando pero ya no es un ventanal y el Sol ha desaparecido. Sonrío porque empieza mi viaje.






 


* Matrimonio del cielo y el infierno. William Blake



4 comentarios:

  1. Vuelves a dejar la abierta la opción de comentarios, me alegra, al menos puede uno pasar y decir: te leí, me gustó y paso a saludarte.
    Un abrazo.

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  2. Gracias San...

    Ya sabes que Siempre eres Bienvenida :)

    Besos y Felices Días

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  3. Llevaba tiempo sin poder dejarte un comentario (no me dejaba). Pero bueno, ahora aprovecho para mandarte un fuerte saludo y para decirte que no he dejado de visitarte.
    Abrazos.

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  4. Gracias Dany por pasarte...

    Un Honor tu presencia un placer leerte

    Nos hablamos pronto :)

    Abrazos

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