Mi cuerpo responde a estas lejanas ondas que por momentos toman el poder sobre mi persona y he de reconocer que desarmado por ellas, simplemente, hago lo único que se puede hacer en estos momento, me dejo llevar. Tengo la clara sensación de estar compuesto por esta música que tanto me embriaga y tanto me seduce. Soy a fuerza de sentirlo más que de escucharlo una prolongación de cada una de la notas, de cada uno de los acordes que acompañan a este ritmo que tanto me hipnotiza y tanto me gusta. Ahora siento que soy esa pandereta que suena nerviosa, soy esas letras de ayer y hoy que vuelan libres y cómo no, soy esos platillos que tanto redoblan y que tan profundo llegan a través de cada poro de mi cuerpo. Hay tantas cosas que me dice esta música y es tanto lo que siento cuando ella me envuelve. Aún siendo música lo que mis oídos escuchan y oyen, en verdad yo sé que no es así, para mí esta ondulación del aire en forma armónica me habla de un modo muy personal, íntimo y sobretodo me conecta salvajemente con una profundidad de mi ser que a no ser por ella, yo nunca la hubiese conocido.
Y en su música existe un mensaje que parece estar hecho sólo para iniciados. Es una realidad que no se alcanza a ver ni a entender, es una verdad fuera de toda duda y es una creencia que hace trascender la razón.
Y yo ya no estoy aquí. Vuelo en alas de una serpiente alada de ojos color turquesa en una realidad que se deforma a cada momento. Disfruto de todo lo bueno de esta droga sin haberla tomado y etéreo navego en un tiempo sin espacio dónde mi alma aparece desnuda ante esta música, mi música.
Sueños de niño. Movimientos salvajes Amaneceres rojos. Un cielo sin fin.
Mi vida en gerundio y …
"Hay cosas conocidas y cosas desconocidas. Y en medio están las puertas."
(Jim Morrison)
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