Un Sol
alumbra mi cara
y acaricia mi pelo,
un árbol me regala
su sombra,
mi cuervo descansa
y yo,
escribo
y me escribo.
Mis pies descalzos,
las botas aparcadas,
los libretos prohibidos
y el Borgoña robado,
me dibujan,
me definen,
ahora y aquí.
Letras y palabras
que salen saliendo
y como el vino
que entra entrando,
disfruto del momento,
del instante,
del acto
y del sueño
de estar escribiendo.