Me he convertido
en algo efímero,
en algo difuso y confuso,
en algo que paso alguna vez
en algún lugar ya olvidado,
en alguna palabra o
en algún gesto,
en alguna forma distraída,
en alguna esquina redonda
dónde los silencios descansan,
en definitiva,
en algo tan remoto
que parece que nunca existió,
en algo que fue eterno a ojos de la luz,
en algo que desapareció
ya hace tanto que ni el recuerdo
alcanza a recordar,
en algo imperceptible
que se pierde en el ser,
en algo que una vez albergó carne
y acabó siendo piedra,
en esto y mucho más
me he convertido,
simple y llanamente,
en un solitario suspiro
sin razón ni edad,
en algo que no es, ha sido o fue,
en algo parecido a lo parejo
al igual que el ojo al catalejo,
en algo que no es conocido,
en algo que no puede ser encontrado
porque aún no ha nacido,
en algo sin presencia alguna
en la orden del día
de los Dioses que devoran sueños,
en algo tan alejado
que estar más allá es retorno,
en pocas palabras
me he convertido
y a fuerza de mis momentos
en un viajero del instante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario