Curiosidad



Tan pronto me levanté supe que no estaba en mi cama. Sentía mi cuerpo reposado en algo que parecía hierba. Al incorporarme me dí cuenta que estaba en medio de una extensa llanura. El Sol acababa de salir, el cielo estaba despejado y nada se escuchaba en toda aquella inmensidad que me rodeaba. Estaba sólo. Me pregunté si aún estaría durmiendo pero me aseguré que estaba despierto y bien despierto. No sabía cómo había llegado ni que era aquel lugar que tanto se parecía a un prado aunque yo sabía que no lo era. La supuesta hierba se parecía mucho a la auténtica hierba, su color y su forma eran iguales pero no su textura. Al tocar esa corta hierba te dabas cuenta que no era natural. Una buena réplica pero réplica al fin y al cabo. Con el Sol y el cielo pasaba lo mismo. Eran cómo los originales pero en este caso su luz era diferente, más tenue, sin tanto fulgor por parte del Sol ni tanta claridad por parte del cielo. Parecía estar en medio de un inmenso prado recién segado y bajo un cielo radiante y soleado pero sabía que no era así. En todo aquello había algo artificial, algo que no era del todo natural y desde hacía un rato, podía simplemente sentirlo. No tenía miedo aunque si curiosidad, esa misma que me había posibilitado hacer cosas que ni en sueños hubiese creído posible hacerlas. Me habían enseñado que las personas curiosas no tenían miedo y que justamente esa curiosidad, y no el miedo, era lo que ayudaba a una persona a seguir adelante. Aparentemente estaba en medio de ningún lugar, sin saber cómo y porqué y aún así no había signos de contradicción en mi actitud. Estaba tranquilo mientras seguía de pie mirando todo a mi alrededor con una expresión serena. Respiré profundamente tres veces y sonreí. Sabía lo que tenía que hacer.

No era un hombre perdido, esto lo sabía perfectamente, tan sólo era un hombre en un lugar nuevo, un sitio dónde las cosas parecían ser una cosa pero no lo eran exactamente. Lo sabía y no me importaba. Volví a respirar profundamente tres veces y me puse en marcha.

Creía saber muchas cosas antes de haber llegado allí pero estaba claro que ahora nada de eso me servía. Tampoco me importó y volví a sonreír.

En esos momentos, mientras caminaba hacía el horizonte, comprendí que mis nuevos pasos no se basarían en mi conocimiento anterior sino en las huellas que recorrería, a partir de ahora, en esta nueva senda de la curiosidad.



Tan solo estaba explorando los limites de la realidad. Tenía curiosidad por ver qué pasaría. Eso era todo: simple curiosidad”.
(Jim Morrison)


La curiosidad es la insubordinación en su más pura forma”
(Vladimir Nabokov)





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