Macedonia



Cuando me enteré que mi ex esposa estaba con un antiguo amigo me quedé de piedra. Recordé la de veces que habíamos compartido un café recién hecho en lo que era nuestra casa. Antes estábamos ella y yo y ahora estaban ellos y yo. Recuerdo haber sentido ciertos celos por los halagos de mi antiguo amigo hacía ella aunque no les di importancia pues sabía que tenía razón, ella estaba muy guapa en ese tiempo, cosa que ahora no podría afirmar. Más tardé me enteré que ella había tenido varios novios antes que mi antiguo amigo y que él había tenido otras tantas novias antes que ella. Parecía que los dos buscasen algo antes de encontrarse y yo me preguntaba si ellos dos serían la respuesta a sus búsquedas. Sabía que no. Yo, por mi parte, empecé a salir con una antigua compañera del trabajo, nada serio aunque con cierto formalismo. Creía que había encontrado en mí a alguien especial y eso me frenaba a la hora de disfrutar con ella. No era mala chica, era cariñosa, atenta, educada y muy guapa pero no era lo que yo quería. En mi vida, después de un reguero de fracasos, no quería saborear nada más, estaba ahíto de tanto amargor y esperaba algo de dulzura sin compromiso. Lo dejamos al cabo de pocos meses. Mi ex esposa también lo había dejado con mi antiguo amigo, habían durado apenas un año y me enteré que él se veía con otras mientras estaba con ella y por lo que se ve, a ella no le sentó nada bien. Me explicaron que hubo un gran revuelo en el vecindario y que ella tuvo que marcharse del barrio acuciada por la vergüenza. Yo decidí centrarme en mi trabajo y dejar pasar las oportunidades de este tipo, estaba en un momento de mi vida dónde nada que se me ofreciese me atraía, no era apatía, no era indiferencia simplemente era que no deseaba más de ese sabor que a veces la vida te regala. Estaba saturado de las relaciones y de las exigencias que se contraen, estaba harto de comportarme de un modo tan insustancial. A nadie culpaba de ello, a mí en todo caso, pero de ello tampoco hacía un drama. La vida, cómo tal, era simplemente un viaje y como tal había que aceptar que a veces se perdían ciertos trenes. Creía que mi último tren aún no había llegado, no era que lo esperase simplemente pensaba que aún era pronto para que llegase. Mi vida se reducía a mis cosas y yo, yo y mis cosas y fuera de ello no había nada porque nada quería. Era un mecanismo de defensa o una actitud respecto a la vida, no lo sabía. Simplemente vivía y dejaba vivir. Un día apareció en mi vida alguien especial, me sentí vulnerable y desarmado tan pronto la conocí. No era posible que en tan poco tiempo todo hubiese dado un vuelco. Mis cosas dejaron de ser mías para ser suyas, mi yo dejó paso a nosotros, mi casa fue suya y mis sueños eran ella. No sabía como después de haber vivido tanto aquello me devolvía al punto de partida. Era difícil entender aquello, dentro, muy dentro de mí algo se revolvía, luchaba, gritaba pero en esos momentos existía otra voz que lo acallaba todo, era la voz de ella. Dulce, melodioso, siempre con la palabra exacta, con el gesto idóneo, en definitiva, un tren al que me subí sin haber pasado siquiera por taquilla. No sé como sucedió lo que si sé es como acabó. Ella conoció alguien más joven, más dinámico, más emergente y quiso probar. Me dijo que me seguía amando pero que su vida le pedía más y que iba a intentarlo. También me dijo que algún día volvería pero yo no la creí, nadie vuelve al camarote de un barco hundido. Habían pasado unos meses, unos meses de maravilloso sabor a vida y ahora habían terminado de golpe. Sufrí pero no tanto como para perder la razón y de nuevo volví a centrarme en mi trabajo. En él encontré algo de paz y una nueva relación. No estaba preparado, me sentía vulnerable y supongo que simplemente me dejé llevar. Fue intenso, muy ardiente, fue un torrente de emociones que consiguió despertar en mí un nuevo mundo de sensaciones hasta que, sin razón aparente, lo dejé. Más tarde me enteré que aquella chica también había estado con mi antiguo amigo, había sido una de las chicas con las que se veía mientras estaba con mi ex esposa. Pensé que este mundo no era tan grande o que nosotros éramos muy cortos de miras porque la verdad, todos con todos y al final macedonia sin gusto.

Ahora vivo en una cabaña junto al lago, tengo cuarenta y tres años y puedo decir que no me gusta la macedonia.




25 comentarios:

  1. ¿Qué puedo decir yo ante este relato?.... Mi vida ha sido un ir y venir, un subir y un bajar... Una macedonia a la que le faltaba algo...
    Y sabes, cuando más cerrada tenía la coraza apareció, apareció ese sabor que nunca antes había tenido... Y ahora se que no importa el tiempo, ni la edad, lo importante es que en algún momento llegará ese sabor que te hará temblar, vibrar... en definitiva vivir...

    Muchos besinos con sabor a melón!!!

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    1. Ya me ha llegado ese momento, ese momento en mí es eterno presente... no puedo vivir sino es intensamente (para bien o para no tan bien)

      Besos con sabor dulce

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  2. LE DISTE TANTAS VUELTAS QUE HACEN FALTA PRUEBAS DE ADN. BUEN RELATO Y CÓMETE UNA MANZANA, TE ENCONTRARÁS EN EL PARAÍSO.

    ILDUARA

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    1. Sguiré tu consejo Ilduara...

      Un placer tu visita y gracias por tu comentario

      Besos

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  3. Yo odio la macedonia...

    Me ha encantado leerte, no sé si cada amor que tenemos en la vida es distinto, o en realidad solo existe uno y el resto son... "algo parecido" pero nunca con el mismo color.

    Da para mucho que pensar, y eso me gusta.

    Muchos besos.

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    1. A modo de respuesta tomo prestadas las letras del bueno de Sabina:"porque el amor cuando no muere mata porque amores que matan nunca mueren"...

      No creo en un solo Amor, la vida es más grande de lo que podemos abarcar, cada uno acepta lo que puede pero eso no significa que haya más a su alrededor... (digo... me tampoco me hagas mucho caso)

      Si alguna vez te hago pensar ya esta bien y si te hago recordar, perdona, pero también...

      Besos que en realidad solo existe uno

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    2. Quería decir "... cada uno acepta lo que puede pero eso no significa que NO haya más a su alrededor..."

      Perdón...

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    3. Te entendí perfectamente :)

      Gracias...

      Muchos besos.

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    4. Pues no es fácil :))

      A ti...

      Besos

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    5. Jajaja, a lo mejor no te he entendido y creo que sí :))

      Besos de nuevo.

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    6. Seguro que le diste tu propia interpretación y esa es la buena, demasiado lista para que se te escape algo tan nimio...

      Besos que se renuevan con tan solo pensarlos

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  4. En realidad nuestro círculo es muy reducido, el horizonte que alcanzamos a observar no es tan grande como debería, yo creo que existen personas tan afines a cada uno que de conocerse sería grandioso, pero seleccionamos dentro de nuestro entorno o unos pasos fuera de él y en definitiva es limitado.
    Excelente relato David, besos

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    1. La búsqueda hace que sople con fuerza la necesidad... Hijos de unos patrones arcaicos, hijos de una cultura obsoleta, hijos de una mentira aceptada...

      CONÓCETE A TI MISMO...

      Gracias Ame, siempre es un placer y honor tu presencia

      Besos desde el círculo polar

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  5. las relaciones amatorias se entrelazan en tu escrito, me gusto
    Haba que darle un toque diferente a la macedonia
    Abrazos

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    1. Habrá que sumar ingredientes o descartar alguno, a lo mejor esa es la clave...

      ¿Quién sabe?

      Besos diferentes

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  6. Pues por los menos has encontrado la paz, me alegro.

    Bello blog, enhorabuena.

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    1. La Paz es una predisposición del espíritu así que hay que cultivarla si queremos ver sus frutos...

      Gracias Amapola Azzul, un placer tu visita

      Besos en paz

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  7. Hola David
    Has hecho una metáfora que me ha encantado.
    Te voy a dar mi visión, si me lo permites
    Cuando se acaba una relación, podemos tomar diferentes caminos , aislarnos para sacar capas de cebolla hasta que deje de doler o bien utilizar un placebo, algo sustitutivo de lo que hemos perdido o se ha finalizado. Una busqueda que aunque en un primer momento te da un subidón de adrenalina luego te deja un vacío más hondo que el que tenias al comienzo de esa relación-placebo y vuelta a empezar en una espiral de búsquedas como un parche que ponemos y quitamos una y otra vez, cambiando el color, el lugar y la forma hasta que ese parche ya pierde su adherencia y nos damos cuenta que lo mejor es curarse al natural sin placebos, aditivos ni macedonias
    Es entonces cuando uno comienza a ser feliz - de nuevo-
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    Gracias por tu huella y te comento que no se que problema tengo que me es imposible hacerme seguidora de tu espacio, así que me copio la url del tu blog y lo agrego a mi lista de lectura, así que aunque no esté estoy , vale?
    Un besito y buenas noches

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    1. Totalmente de acuerdo con tu visión MaR-ía...

      Hay personas que creen necesitar lo que no han encontrado en ellas sin saber que están llenas de ello, simplemente es más fácil verlo en otr@s que en ti mismo... Si no te quieres como vas a saber amar...

      Estás en este Universo y eso me alegra, Gracias por tu compañía...

      Besos desde la Heliosfera

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  8. Hay tantas relaciones cruzadas que hasta podría llamarse endogamia. Creo saber algo al respecto, pero prefiero pensar que todo es ficción.
    Un abrazo.
    HD

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    1. Solo recientemente la endogamia está mal vista, solo hay que darse una vuelta por la Historia y darse cuenta de ello...

      Yo a estas alturas ya no sé ni prefiero saber...

      Abrazos

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  9. Según lo cuentas, el mundo no es tan grande, no. Bueno al menos nuestro pequeño mundo, ese en el que todos saben de todos, para evitar esto, mejor esa cabaña ¿donde dices que está?
    Buen texto David.
    Un abrazo.

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    1. Cerca del lago San, dónde los amaneceres son preciosos y los atardeceres una bella estampa de la creación...

      Me gusta que te haya gustado, es siempre un honor :))

      Besos pescadores

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  10. La última frase me ha recordado una película que me toca el alma cada vez que la veo. La Casa Del Lago, con Sandra Bullock y Keanu Reeves

    Un blog muy íntimo el que tienes. Me instalo por aquí en silencio a la espera de que vuelvas.

    Un saludo!

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  11. La macedonia está rica cuando la preparas tú y no cuando alguien hizo de ti un trocito y la mezcló con muchos otros.

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