Llegamos
y no tardamos ni un segundo en montar la cuerda. Nuestra intención
es mantener el equilibrio, lo que podamos hacer de más ya será
considerado un logro. Nos descalzamos y E* vuelve a ser la más
rápida. Hace meses que no quedamos para la cuerda y ahora se nota
que todos están contentos por ello. E* sonríe mientras mantiene el
equilibrio de un modo excepcional. Algunos de nosotros la intentamos
despistar y que caiga pero ella es un hueso duro de roer. Se mantiene
sobre la cuerda y en un momento determinado levanta una pierna, cosa
que no había hecho jamás. Le pregunto sobre la posibilidad que haya
practicado durante este tiempo y ella me contesta, mi equilibrio ha
mejorado simplemente porque estoy más equilibrada que la última vez
que me viste. Le respondo que sé del uso de la cuerda para mejorar
el equilibrio pero no entiendo como ha podido mejorar tanto sin haber
practicado, a modo de respuesta E* suelta una carcajada y luego
añade, mira qué eres ingenuo, cuando seas tan vieja como yo sabrás
un poco más de la vida y menos del equilibrio. Su respuesta me deja
sin palabras, E* siempre ha sido única a la hora de dejarme sin
opciones. De repente todos a mi alrededor se ríen a carcajadas. Anda
sube, me dice E* mientras se deja caer de la cuerda, ahora te toca a
ti, vamos a ver como andas de equilibrio, qué maravillosa eres E*,
le respondo, es porque te quiero, me dice de un modo único,
especial. Subo a la cuerda ante la atenta mirada de mis compañeros,
de los que espero alguna algarabía pero todos permanecen en silencio
y esto me pone aún más nervioso. Caigo al cabo de poco tiempo e
inmediatamente todos se ponen a abuchearme. Para esto me he bajado,
me recrimina E* sonriendo, eres un petardo, me parece qué estás muy
mal amigo, no es que esté mal, le respondo y sigo excusándome, es
que hace tiempo que no me subo a la cuerda y me he puesto nervioso.
E* me mira y me dice, déjame recordarte que el equilibrio no es
solamente una posición sobre la cuerda, es algo más, el equilibrio
es un estado de las cosas que vives, que piensas, que haces, no es
más que tus pensamientos, tus palabras y tus acciones lo más
alineadas posible, lo más acordes y afines, sin excusas aunque sin
perder las formas. Debes tener paciencia porque el equilibro siempre
acaba llegando por añadidura. No conseguirás mantener tu equilibrio
estable si estás pendiente de los que te miran, no existen cuando
solo existe una estrecha cuerda bajo tus pies, tus ojos mirando al
lejano horizonte y tu corazón en paz.
Desmontamos
la cuerda y nos despedimos hasta la próxima llevándonos a nuestras
casas dos conclusiones muy claras de ese día, una es que el peor de
todos en esto del equilibrio soy yo y otra que E* siempre seguirá
siendo E*, una mujer se define por sí misma. Por su equilibrio. Por
su vida.
Me ha encantado leerte... Me lleva a pensar en mi equilibrio, y en que debo hacer para mejorarlo...
ResponderEliminarMuchos besos.
Me encanta que aparezcas... Puede que sea una de esas cosas que dan equilibrio
EliminarBesos sin fijación alguna
Muchas gracias...
EliminarMontones de besos :)
A Ti...
EliminarBesos que se amontonan
Y que razón tiene este relato.... Equilibrio del cuerpo y la mente, sentir tu vida en equilibrio eso es lo importante para cruzar esa estrecha cuerda que es la vida....
ResponderEliminarMe a hecho pensar y eso me gusta...
Muchos besinos.
Todos necesitamos en algún momento determinado un poco de equilibrio... Que mejor que utilizar una cuerda para ello...
EliminarMe alegra verte por aqui ;)
Besos de paz