Estas frases que escribo
son con acuse de recibo,
me las mando a mi mismo
y las acojo sin escepticismo,
no sé bien que debo escribir
y no sé que querrán decir,
me resuelve la improvisación
en este ataque de acción,
son palabras que se encadenan
y que a nada me suenan,
son ideas alocadas
que necesitaban ser plasmadas,
son pensamientos escritos
que borran su condición de proscritos,
escritos paganos los llame un día
cuando el paganismo era motivo de alegría,
se descubren y se muestran mientras escribo
estas palabras sin sentido y con acuse de recibo,
las leo de nuevo antes de enviarlas
y las releo por si puedo captarlas,
nada me parece que me dicen mis frases
nada que no sea adornos y disfraces,
creo que ya no hay mucho más que decir
porque aquí hoy nada parece confluir,
en esta sinrazón llena de locura
de palabras locas y llenas de datura,
decido mandármelas una vez estén acabadas
a ver si el remitente las ve destapadas,
porque el escribiente no ve forma ni contenido
en estas grafías sueltas que le han salido,
ya se acaba esta carta de un servidor
y ahora le toca el turno al lector,
aquel que es destinatario de esta misiva
y que su respuesta, estoy seguro, no será objetiva.
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