A lomos de una hormiga



Se estaba dando cuenta, a lo mejor demasiado tarde o a lo mejor no, que un libro, al igual que pasa con la música, te cambia la vida. Si leía una novela de acción, ésta irremediablemente aceleraba su ritmo de acción y eso al final afectaba a su vida diaria. Parecía irreal pero era así de simple aunque nadie hubiese hecho ningún estudio para confirmar este hecho tan evidente. Se deleitaba leyendo poesía y siempre era primavera, aparecía con algo del género fantástico y tarde o temprano acababa llegando sobre un poderoso dragón a su trabajo. La sencillez en los libros simplifica la vida. Las poderosas letras que emanaban de todos los libros que leía llegaban más allá de su consciente, ahondaban en ese estado dónde las vivencias no tenían nombre y se fundían una tras otra en una sopa primitiva dónde todo cabía y casi nada salía, en ese lugar dónde las puertas eran giratorias y entre lo real y lo imaginario no era posible distinguir ninguna diferencia. Cuando leía una novela policíaca veía sospechosos por todas partes, a diario y cuando vivía una obra de ciencia ficción aseguraba, sin temor a equivocarse, que su coche le daba diez mil patadas al Enterprise. Entre letras africanas siempre aparecía la música y los olores lo impregnan todo y siempre, siempre, los colores eran los protagonistas, era cómo viajar al sentido más puro y simple de la vida. En verdad hacía mucho tiempo que se había dado cuenta que un libro te cambiaba la vida aunque le había costado aceptarlo. Pensaba que si esto finalmente se confirmaba, la constante metamorfosis y eterna mutación que nos acompaña en cada latido, a cada paso, su verdadera forma de ser se difuminaría inexorablemente hasta fundirse en esa sopa primitiva dónde no sabía si una vez dentro de ella lograría salir. El tiempo le había enseñado que todo había sido un temor infundado, un miedo del todo irracional aunque perfectamente entendible si el sujeto que lo presentaba creía firmemente que uno era lo que era y poco más. Una actitud más bien simple para quién sólo aspiraba a montar a lomos de una hormiga y soñar. Era curioso pensar que con lo poco que había leído hubiese cambiado tanto, se emocionaba con sólo pensar en el futuro, ahora estaba seguro que lo presentía diferente, cómo cuando...

cada momento parece contener una infinita fuerza vital.*






 
* Patriotismo. Yukio Mishima.