Latido salvaje


El Sol se esconde en la lejanía aunque aún falta mucho para que anochezca en estas llanas tierras dónde nada impide ver el horizonte. Ha sido un día arduo debido al intenso calor que ha hecho hoy y por la cantidad de trabajo que he tenido que realizar. Esta tierra es extremadamente árida en la temporada seca y extremadamente frondosa en la temporada de las lluvias. Es un tierra de contrastes dónde la diferencia entre vivir y morir depende de ínfimos detalles. Es hogar de un sinfín de especies tanto del reino animal cómo del reino vegetal y junto a un rico suelo, que siempre esconde vida por doquier, hace de esta mal nombrada sabana que sea un lugar bastante bueno para vivir. Yo he nacido aquí y aquí espero morir. Así lo han hecho mis antepasados y así me gustaría que lo hiciesen los que vendrán después de mí. Estoy orgulloso de pertenecer a esta tierra, la misma que a veces nos inunda con tanta abundancia y la misma que nos permite sacar lo mejor de cada uno de nosotros para sobrevivir en las épocas de escasez. Soy consciente que sólo soy una pieza más en este inmenso engranaje que es esta tierra y siento cómo una verdad absoluta que si vivo de acuerdo a mi función predeterminada en este engranaje, al final, acabaré entendiendo su funcionamiento y acabaré sintiendo el latido que pulsa en esta infinita tierra dónde hasta al mismo Sol le cuesta esconderse. Confieso que esta tierra me gusta disfrutarla más de noche que de día, por las noches puedes deleitarte mirando el cielo y admirar tantas estrellas que no serías capaz de contarlas ni aunque pudieses vivir una eternidad. El cielo es una hermosa estampa y las estrellas son tan luminosas y parece que están tan cerca que da la sensación que de un momento a otro se van a desplomar sobre ti. Aparte del espectáculo que es el cielo lleno de estrellas, la noche te regala un amplio abanico de sonidos de todo tipo producidos por una enorme cantidad de animales. Puede parecer que la noche en esta tierra tenga que ser silenciosa pero la verdad es que no es así, la noche es mucho más sonora que el día porque la noche es el único mundo que conocen la mayoría de animales y es por esto justamente que me gustan tanto las noches en la tierra dónde nací.

En estos momentos el Sol se ha escondido por el horizonte, las estrellas ya lucen en el inmenso cielo y los sonidos animales empiezan a deslizarse suavemente.

En estos momentos siento que la grandeza de lo que me envuelve hace que me sienta más y más pequeño...
y
en esta noche llena de estrellas siento que la única sinfonía que suena por encima de todo, es mi latido salvaje.



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